La transformación digital obliga al manejo de idiomas incluso para comunicarse internamente en empresas que tienen su sede en España
Claudia Ardeleanu (24 años) es responsable de Tecnología de la Información en una multinacional de publicidad. Para ella, las reuniones en inglés se han convertido en el pan de cada día. Desde que la contrataron en 2018, el uso de idiomas ha aumentado en su rutina diaria: “Me paso la jornada hablando con las filiales de la empresa en varios países para coordinar proyectos. Cada vez he ido asimilando más y no hay ninguno totalmente en español”. Ignacio Olivares (27 años) firmó hace dos meses su contrato como programador web en una consultora tecnológica, aunque no es su primera experiencia en el sector. En la entrevista le exigieron un nivel B2 (medio-alto) de inglés y considera que para muchas empresas su conocimiento no es un plus, sino una forma de cribar a los candidatos. “Muchas firmas prefieren gestionar la comunicación interna en inglés, aunque no sea la lengua original de la zona. Es una práctica que viene de países como Alemania y Holanda, aunque se está extendiendo también en España”, apunta.
A lo largo de los años, las categorías profesionales han conservado el estatus de cuanto mayor es el cargo, más aumentan las especificaciones. Sin embargo, parece que este paradigma comienza a flaquear. Según el último informe de empleabilidad elaborado por Adecco e Infoempleo, los puestos técnicos (ingenieros, desarrolladores informáticos, analistas de datos, etcétera) se presentan como la categoría en la que hay más ofertas que requieren del conocimiento de idiomas (19%), superando incluso a los puestos directivos (15%). Con el avance de la globalización y de la transformación digital, los expertos de recursos humanos aseguran que el manejo de los idiomas para facilitar la interacción entre equipos de distintos países ya no es baladí en las ocupaciones técnicas. Se considera, al revés, un requisito fundamental que complementa las competencias específicas necesarias para el desarrollo de estas labores.
Las estadísticas del portal de empleo Infojobs apuntan a que la programación destaca entre las ramas profesionales en auge en las que aumenta la demanda de lenguas extranjeras (el 24% de las vacantes de este sector en 2018 requería este idioma, por el 34% de 2021). “Las competencias lingüísticas que más valoran las compañías son las habladas. Cada vez más, las organizaciones cuentan con equipos de trabajo multiculturales, localizados en una misma sede local o en diferentes oficinas repartidas a nivel internacional. A partir de aquí, las competencias escritas y de escucha van cobrando mayor importancia”, asegura Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de la plataforma. Según Alberto Gavilán, director de talento de Adecco, en las tecnologías de la información se ha deslocalizado mucha actividad en los últimos años, con motivo también del auge del teletrabajo. “A estos trabajadores se les piden los idiomas, porque la demanda supera la oferta, por tanto, las empresas a veces deben contratarlos desde fuera”, advierte.
Adrián Riesco, profesor de Informática de la Universidad Complutense de Madrid, considera que el conocimiento del inglés es un requisito imprescindible para asomarse a cualquier documentación en este ámbito. “Es impensable esperarse un lenguaje de programación en español. Obligamos a los alumnos a que escriban y presenten parte del trabajo de fin de grado en inglés. Es un primer paso para que entiendan lo que les espera cuando salgan de la carrera”, afirma.
La compañía tecnológica IBM requiere el inglés de forma generalizada en todos los puestos, ya sea arquitecto, consultor, director o posición de soporte. “El idioma de la tecnología y la consultoría tecnológica es el inglés. Todos los empleados lo utilizamos a diario”, comunican fuentes de la firma. Además, en Madrid IBM cuenta con un centro internacional de soporte para Europa, donde se exige, además del inglés, al menos un segundo idioma, dependiendo del país para el que se proporcionan servicios. Desde la consultora tecnológica Indra coinciden en que las lenguas son indispensables para realizar proyectos internacionales e interactuar con las compañías a nivel global, más aún en un entorno de trabajo en remoto. “Todos los profesionales júnior con carrera universitaria realizan una prueba online de conocimientos escritos y auditivos para confirmar que su nivel mínimo sea B2. Si se requiere un nivel superior, se añade una entrevista en inglés”, anota Santiago Huertas Chacón, director de Captación de Talento de la empresa.