El Atlas Mundial de Estructuras Lingüísticas ha establecido un ránking de las lenguas más extrañas por continentes y, sorpresa, el español forma parte de ellas

Puede sonar un poco subjetivo. Para nosotros, hablantes del español, que a su vez tiene origen del latín, y si nos remontamos un poco más, del indoeuropeoel hawaiano o el coreano nos pueden sonar bastante extraños, pero la cosa cambiaría si hubiéramos nacido al otro lado delmundo. ¿Qué es lo que hace que una lengua pueda considerarse verdaderamente extraña?

El Atlas Mundial de Estructuras Lingüísticas (WALS) es una gran base de datos de propiedades estructurales (fonológicas, gramaticales, léxicas) de las lenguas reunidas a partir de materiales descriptivos (como gramáticas de referencias) por un equipo de 55 lingüistas. Son ellos los que tras estudiarlos, han considerado qué idiomas pueden denominarse como los «más raros». No se trata de un juicio de valor, sino que compararon sistemáticamente la información de 239 idiomas de diferentes partes del planeta.

Las lenguas más raras

¿Cómo realizaron el estudio? El objetivo era descubrir qué idiomas tenían la mayor cantidad de funciones que diferían más de otros. Inglés, portugués, español, italiano, francés, ruso, árabe, japonés, chino mandarín, griego, hebreo, tagalog, navajo, catalán o vasco eran algunas de las lenguas que competían en este peculiar concurso.

Hay idiomas que consideramos «normales», como el alemán o el español, que no lo son en absoluto

«El idioma más diferente del mundo (en términos de que difiere completamente de los demás) es una lengua mixteca que se habla en Oaxaca, México, y que responde al nombre de chalcatongo», explican enWALS. Las lenguas mixtecas son un conjunto de variedades lingüisticas originarias de La Mixteca, una región localizada al sur de México. El segundo idioma más extraño es hablado en Siberia por unas 30.000 personas: el nenezo, pertenece a la rama lingüistica samoyeda, y la palabra ‘parka’ proviene de él. El tercero es el choctaw, una lengua hablada por la etnia del mismo nombre, que vive en Oklahoma y otras zonas de Estados Unidos.

Probablemente no hayas oído hablar de ellos en la vida y es normal, no te preocupes. Lo curioso es que el resto de idiomas extraños son conocidos por todos: alemán, noruego, mandarín o, efectivamente, el nuestro. Tiene una explicación lógica. Algunos de los idiomas que consideramos normales, como el inglés, el alemán o el español, hacen las cosas de una manera tan diferente que no podrían considerarse así, según los lingüistas. Señalan en WALS: «Me recuerda a una de las preguntas básicas de la psicología: hasta qué punto podemos generalizar con estudios de investigación basados en estudiantes universitarios que son ricos, demócratas y educados en Occidente». Una minoría frente a la mayoría silenciosa.

El euskera, que parece un idioma peculiar, se encuentra sin embargo al final de la lista, en el número 230 de los 234 totales

«Por ejemplo, una de las características que distingue a los idiomas es la forma en que hacen las preguntas de sí y no. La gran mayoría de los idiomas tienen una partícula especial. Por ejemplo, los japoneses añaden la partícula ‘ka‘ al final de sus frases cuando son interrogativas. Solo una minoría muy selecta de idiomas restantes no lo hacen, y casi todos son europeos: el alemán, el checo, el holandés, el sueco, el inglés o el español«.

Sin embargo, otros idiomas que todos consideramos «los raritos de la clase», como pueden ser el indonesio, el euskera o el cantonés, no lo son en absoluto. «No son típicos para los estudiantes de idiomas pero definitivamente, cuando estudiamos sus diferencias, no son tan extraños. Sobre todo si tenemos en cuenta que algunos están completamente aislados, como es el caso del euskera, que se encuentra en el número 230 del total».

Así pues, diferenciados por continentes, lo más probable es que los europeos te suenen muy familiares y comunes, mientras que el resto nunca los hayas oído. En Norteamérica al choctaw y el chalcatongo, antes mencionados, se añaden el kutenai, hablado por la tribu con el mismo nombre (kootenai) o el dialecto «mesa grande«. En Asia lo son elmandarín, el armenio del este o el ladakh (proveniente de una región en el estado indio de Jammu y Cachemira a la que se denomina en ocasiones como «Pequeño Tíbet«). En Australia el pitjantjatjara (sí, es un idioma proveniente de un pueblo aborigen en los desiertos de Australia central) y en África el mumuye, de Nigeria, o el oromo, frecuente en Etiopía, norte de Kenia y parte de Somalia.

¿Y qué hay de Europa? Respira, que estos los conoces. El alemán, el holandés, el checo, el noruego y el español. No solo ostentamos el título de tener como lengua materna la segunda más hablada del mundo, después del chino mandarín, sino también una de las más raras de Europa. Quién iba a decirlo. Habrá que apreciarlo.