El gran escollo continúa siendo el control oral del idioma. «Al alumno le falta exponerse a situaciones reales», dice una experta

Los españoles se han puesto las pilas con el inglés. A pesar de poseer uno de los niveles más bajos de la UE, España ocupa el tercer puesto en la lista de los empollones: el nivel de sus ciudadanos ha subido 8,2 puntos desde 2007, según publicó Eurostat el año pasado, por detrás solamente de Turquía y Polonia. El motivo puede estar relacionado con la idea, bastante extendida entre los jóvenes, de que es difícil conseguir un buen puesto de trabajo sin dominar esta segunda lengua. Así al menos lo indican algunos estudios, como el último de Cambridge Monitor. Este informe publicó, también el año pasado, que el 48% de los millenials (jóvenes de entre los 16 y los 24 años) tiene un nivel medio de inglés, frente al 35% de la muestra total de la población. Y mientras el 30% de estos jóvenes posee un nivel alto, solo el 10% del grueso de españoles tiene un dominio equivalente del idioma. El gran escollo, sin embargo, continúa siendo el control oral del idioma.

“El primer reto al que deben enfrentarse los españoles es que sienten mucho miedo y vergüenza al hablar. El sentido del ridículo es muy importante para el alumno español, más que el francés o el italiano. Eso le lleva a no querer practicar”, asegura Nicola Escario, directora de contenidos de Blue Sky Learning, una empresa británica especializada en programas educativos en línea. “Otro problema es que el alumno español siempre dice que entiende aunque no hable. Y eso no es cierto. Muchas veces no entiende; le faltan la comprensión oral y estar expuesto a situaciones reales”. El sistema español, asegura Escario, anima solo a estudiar a través del libro de texto. “Los alumnos deben cambiar un poco su enfoque hacia el estudio”. Escario forma parte de un equipo que ha diseñado una herramienta web de reconocimiento de voz para corregir la pronunciación del alumno. “El programa interpreta si lo que dices se entiende”, puntualiza. “En primer lugar tienes que responder correctamente a una pregunta, es decir, debes entenderla y saber la respuesta. Y además, debes poder decirlo de forma comprensible para que tu interlocutor te entienda”.

En la Red proliferan las iniciativas para los autodidactas de los idiomas, como la red social Busuu, que funciona mediante solicitudes de amistad con nativos para practicar, o Italki, una plataforma en la que los profesores ofrecen su trabajo a precios variados. La herramienta online de reconocimiento de voz de la que habla Escario está integrada dentro del programa digital Speaking, certificado por Cambridge University Press y complementado con un libro y un CD, que busca estimular la motivación del alumno enseñándole cómo utilizar el vocabulario. “Por ejemplo, la expresión all right puede significar varias cosas, desde ‘estoy bien’ hasta ‘estoy por las nubes’. Como los ingleses son muy reservados, la usan para todo. Si la usas con interrogación, All right?, es como preguntar How are you?, y casi nadie lo sabe”. Pero, ¿es realmente posible que se suelten a hablar quienes viven en un país donde no se habla inglés?

“Es posible con mucho trabajo y productividad. Yo conozco a gente que, escuchando la radio, logra un buen nivel, pero tienen un nivel híper-elevado de motivación, por encima del alumno medio. Por eso mucha gente se ve forzada a irse al extranjero, para adquirir motivación”. El truco, asegura esta experta, está en hacer oído.